Era así
Era una niña princesa
de esas que tienen nariz de cereza
que leía cuentos de hadas
Y ahora es una niña adulta,
distinguida, precisa y culta.
Montando dispersa sobre torres de libros
sin mirar hacia abajo, ni perder los estribos.
Mandatos que siempre mandan
enchufados con cables, aunque no andan,
iluminan señalando el sinuoso camino,
carteles del inevitable e imponente destino.
Pero entre la princesa y la culta
la verdadera esencia se oculta
llamando a la puerta mil veces
hasta que el día se desvanece.
Se cortan a mano las cadenas del tiempo
y caen los muros en el recuento
tres, dos, uno, se lanza al espacio
la bomba explota en su regazo.
Y ahora es así,
ni culta ni princesa,
solo aprende a volar
como